Sinopsis

Jamás cruzó por mi mente perder a mi pequeño Sebastián de manera inesperada. No estaba preparada para lidiar con el dolor de su ausencia ni con los múltiples desafíos personales y familiares que traería consigo la alienación parental: una forma de maltrato hacia un menor de edad, ejercida por un padre o madre de mente manipuladora. Tampoco estuve preparada para convivir con un jovencito completamente diferente al hijo que se había ido de mi lado por su «propia voluntad», un muchacho rebelde que replicaba los mismos patrones agresivos de su padre.

Esos desafíos me condujeron al pozo profundo de la depresión. Con mi determinación y la resiliencia adquirida, pude encontrar una forma de salir y, en medio de la más absoluta oscuridad, iniciar el camino espiritual que cualquier alma atormentada debe recorrer para encontrarse y hallar soluciones pacíficas dictadas por la voz interior que pocas veces escuchamos.

Soy una sobreviviente de violencia doméstica provocada por un psicópata de sonrisa encantadora al que todos querían por ser «perfecto», como el asesino serial del que nadie sospecha: que hoy manda flores y mañana amaga con una pistola en la sien. Ignoraba en qué momento atacaría, dada la imprevisibilidad de sus cambios de humor. Cada día podía ser el último. Significaba una delgada línea entre estar viva y, luego de embriagarse, muerta.

Confío en que este libro lleve una luz de esperanza a quien está llorando en soledad, con el corazón desolado e incomprendido, sin más compañía que un profundo deseo de morir, bien por temor, por vergüenza o por sentimiento de culpa.

La noche más oscura del alma siempre será desplazada por los cálidos rayos solares. Dios y tiempo lo curan todo. El amor lo vence casi todo.

Esta es mi historia, pero también podría ser la tuya, la de un familiar o una persona de tu entorno. ¿Realmente conoces al padre o la madre de tus hijos?

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